Mi ciudad ideal sería una ciudad con mar. Elche tiene el privilegio de contar con varias y extensas playas pero alejadas del centro urbano y éste monopoliza casi todos los servicios que puede ofrecer un municipio a sus ciudadanos; la atención médica, la administración, los centros educativos o culturales y el ocio con sus diversas posibilidades.
Las playas de Elche son paradisiacas, tienen el galardón de contar con banderas azules por su calidad pero no son conocidas fuera de nuestra provincia, la política turística de Elche nunca las ha ofrecido ni explotado como otros municipios que con peores recursos naturales las han sabido promocionar, como Benidorm, Torrevieja o Santa Pola.
La carretera Elche-Altet-Arenales por ejemplo, requeriría de una ampliación, un trayecto que no es largo se convierte en eterno cuando tropiezas con un tractor o un vehículo de grandes dimensiones porque en esa carretera no se puede adelantar. Entonces te abandonas a la paciencia y te acuerdas de los responsables de las infraestructuras.
Algunas de nuestras playas carecen de servicios mínimos durante diez meses al año, no es posible que a inicios de septiembre y antes de que los escolares empiecen el colegio, se ponga en funcionamiento el horario de invierno de los autobuses. Suena a chiste. La vigilancia de la playa no dura mucho más. Los servicios abandonan al veraneante antes de que éste se haya ido. Tenemos un clima estupendo que te permitiría disfrutar más tiempo de la costa ilicitana pero la ausencia de algunas prestaciones esenciales te impiden aprovecharla.
Los recursos económicos son limitados pero la capacidad para una buena gestión es ilimitada, se puede contactar con empresas dedicadas al turismo, se puede negociar convenios con otras administraciones, se puede conquistar la iniciativa privada, pero todo ello requiere delimitar previamente unos objetivos y saber qué política turística se quiere y cómo se va a aplicar. Claro, dando por hecho que se quiera alguna. La concejalía de turismo nunca ha sido el punto fuerte del Ayuntamiento de Elche, con independencia de quien la haya ostentado.
Mi ciudad ideal tendría mar porque el azul del mar inspira buenas ideas, ayuda a la reflexión, provoca el pensamiento. Un mar con olas azules que andan con el aire y despiertan un silencioso murmullo de paz. El mar me relaja, me produce emoción y admiración, es la obra natural perfecta. El mar me permite encontrarme cuando me pierdo, me ofrece silencio cuando hay ruido. El mar...
Mi ciudad ideal sería Arenales del Sol si contara con todos los servicios necesarios para poder vivir todo el año.
Victoria Rodríguez Blanco
Artículo publicado en Topical30.opennemas.com